Si señores, estos días somos victimas de operaciones como el Caso Malaya pero hay una que nos persigue año tras año, y por mucho que digamos... a todos nos importa nuestra salud y nuestro físico. Aunque no lo parezca por mis mega dimensiones voy al gimnasio 2 o 3 veces por semana para corregir las posturitas viciosas esas que tenemos la gente que trabaja en oficinas. Un año más vuelvo a ser victima de la Operación Bikini!!!! Cuando más tranquilo estas porque por fin te has aprendido esa rutina que te ha marcado el entrenador patapum!!!!! Invasión! Mire por donde mire ya no veo los rostros conocidos de siempre, más que un gimnasio parece una peluquería femenina (sin ofender) un desfile de mujeres... que no nos engañemos ya va bien, y todas las ves igual cinta, bici y luego se meten en unas maquinas que yo seria incapaz de entrar si dañar mi integridad física y como decía mi profesora de primaria: Quien quiere lucir debe sufrir (Vaya tontería...) pues con todo esto yo también hago operación Bikini! Conjuntamente con un Frankfurt y una hamburguesa con cebolla... (Que rica cena y saludable!). Porque quien me va a quitar esos pequeños placeres de la vida? El croissant de la mañana y mi Kinder Bueno? Eso después de un bocadillo integral con lechuga y jamón dulce (mmmm!) Zampo más no poder! A medio día sorpresa sorpresa! Normalmente como bien también, a media tarde... hago bondad y si soy afortunado me como una manzana (Me encantan!) Y para cenar en función del hambre pero una rebanada de pan con algo siempre cae, jejeje. Luego un yogurt desnatado o dos... o tres... pero siempre algo ligero para conciliar bien el sueño. Y por fin llega uno de los mejores momentos del día ese en que no tienes nada más que hacer que ser tu mismo, te sientas pones la tele y sin darte cuenta vuelve a sonar el despertador marcando un nuevo día.
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