sábado, octubre 14, 2006

Per aquells dies que et sents extrany.


La foto només és per fer la gràcia no vull ofendre a ningú.
Creia què la primavera era l’època de l’any què ens torna a tots una mica gilipolles inestables emocionalment :P però resulta què la tardor no és queda curta... Després de la festa d’ahir i les anteriors... (No posaríeu en dubte què jo no sortiria de festa,no?). He recordat una conte molt maco de l’amor, Si si! També llegeixo contes i no momés del Bucay, jejejeje. En patufet, la caputxeta (ara de moda), els 3 porquets, etc... també m’agraden ,eh! I de tant en tant agafo el meu conte de Faules en català i els rellegeixo i després toco els nassos uns dies amb els contes, jejejeje Hi havia una vegada...
En fi aquí teniu el conte. Bon cap de setmana.


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez , la locura, como siempre tan loca, les propuso : Vamos a jugar a los escondidos? la intriga levantó la ceja y la curiosidad, sin poder contenerse preguntó: A los escondidos?... ¿y cómo es eso?
Es un juego - explicó la locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta diez, mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. el entusiasmo bailó secundado por la euforia, y la alegria dió tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interasaba nada. Pero no todos quisieron participar, la verdad prefirió no esconderse.¿Para qué?, si siempre la encontraban, y la soberbia opinó que era un juego muy tonto, (pero en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la cobardía prefirio no arriesgarse...
Uno, dos, tres, cuatro... comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fué la pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino, la fe subió al cielo, la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del arbol mas alto. La generocidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos:
Que un lago cristalino? ideal para la belleza; Que la rendija de un arbol? perfecto para la timidez; Que el vuelo de la mariposa? lo mejor para la voluptuocidad; Que si una rafaga de viento? magnifico para la libertad; Así terminó por ocultarse en un rayito de sol. El egoismo en cambio encontro un sitio muy bueno desde el principio, ventilado y cómodo, pero sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los oceanos (mentira!), en realidad se escondió detrás del arcoiris), y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó donde se escondió, jeje... pero eso no es lo importante.
Cuando la locura contaba 7, 8, 9..., el amor aún no encontraba donde esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ DIEZ !!!!!!!!!!!!! Contó la locura -y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza, sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó la fe, discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, a la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes, en un descuido encontró a la envidia y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. A el egoismo no tuvo que buscarlo, el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza, y con la duda resultó más fácil todavia, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún de que lado esconderse. Así fué encontrando a todos, a el talento entre la hierba fresca, a la angustia en una obscura cueva, a la mentira detrás del arcoiris...(mentira!!, si ella estaba en el fondo de los oceanos) y hasta el olvido... que ya se le habia olvidado a que estaba jugando , pero sólo el amor no aparecía por ningún sitio, la locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal, tomó una ramita y comenzó a mover las rosas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó, las espinas habían herido los ojos al amor, la locura no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la tierra: el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.

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